Dice el refrán que «el amor es ciego» y según un grupo de investigadores londinenses, esta afirmación parece ser cierta, al menos para el amor maternal y el amor de pareja o «romántico».
Una investigación de la Universidad College de Londres (UCL) ha demostrado que, además de activar zonas similares, estos sentimientos producen una supresión de la actividad neuronal asociada al proceso de crítica social sobre las personas y sobre las emociones negativas.
Los resultados de este estudio, sugieren que cuando alguien se vuelve familiar, la necesidad de valorar el carácter y la personalidad de esa persona se reduce. Es decir, que ambos tipos de amor activan regiones específicas en los sistemas de recompensa, mientras inactivan los sistemas necesarios para hacer juicios negativos.
«El amor romántico y el maternal son experiencias tan altamente compensatorias que están ligadas a la perpetuación de las especies y, por lo tanto, están profundamente unidas a una función biológica de crucial importancia evolutiva», dijo Andreas Bartels, del departamento de Imagen y Neurología de la UCL.
De este modo se explicaría porqué perdemos la capacidad de juzgar a las personas a las que queremos de una manera muy intensa. Parece demostrado, pues, que el amor es, biológicamente, ciego.
1 comentario:
Pues sera el sereno, yo nomas pregunto ¿que se sentira tener un hijo feo?
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