No quiero presionarla, ni ponerla entre la espada y la pared. Sin embargo sé que he encendido algo en su interior y tampoco quiero que esa chispa se extinga, aunque es difícil alimentarla desde aquí. Tendré que medir cada uno de mis pasos, porque mi pequeña posibilidad de llegar a ella es frágil y no puedo arriesgarla.
Aunque tenga malas cartas voy a jugarlas, porque hay momentos que hacen que todo merezca la pena. Hay imágenes que quedan grabadas en el corazón.
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