sábado, 20 de mayo de 2006

Acaba de empezar el Sabado, yo ya estoy en el Rancho del papa de Memo.
Verdad es que entre copa y copa la soledad se ha ido diluyendo. La compañia de los amigos es un farmaco efectuvo aunque pasajero para este mal de ausencia de compañia que me aqueja. Estamos contando al son de la guitarra que suaves y armonicos quejidos provocan los expertos dedos de Memo.

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