Día a día, acto tras acto, me maravillo más y más con la increíble tenacidad del espíritu humano. Que una vez golpeado se levanta del lugar al que callo, como con un masoquista afán de ser golpeado nuevamente, simplemente para caer al suelo y ponerse de pie una vez más para recibir nueva golpiza.
Si tantas películas del gringo se han vuelto multimillonarias con este tópico es porque, o hay algo de verdad en esto y la fëa de los hombres es un glorioso himno por la victoria, o la perversa psique del colectivo humano al no sentirse capaz de lograr esto por si sola, trata de enfocar sus miedos y temores en los personajes de ficción que realizan asombrosas gestas por algún ideal perdido.
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