viernes, 26 de noviembre de 2004

Pequeño

Mis glándulas suprarrenales funcionando a pleno rendimiento. Broncodilatación, midriasis, aumento de la sudoración, taquicardia, vasoconstricción, incremento del ritmo respiratorio y un bloqueo preocupante de cualquier intento de articular algo lúcido, algo que impresionara. Sólo palabras corrientes y actitudes corrientes.

Por supuesto ella era la causa de ese torbellino.
“En cuanto te vea se acabó todo”
“Ella es demasiado para ti”
“¡Sal de aquí!”
Menos mal que los corazones no responden al miedo fácilmente. Me hubiera gustado hacerlo de un modo distinto, perfectamente planeado, perfectamente perfecto. Ha sido quizá un paso irracional y precipitado, pero debía darlo.

¿Seguirá pensando lo mismo de mí? Espero no haberle parecido tan pequeño como me he sentido.

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