Bajo el rostro tengo otro rostro que a nadie enseño, que ni a mi enseño. A veces ha querido salir. Lo ha logrado. Lucho con él, a muerte. A veces yo lo mato, a veces... él lo hace primero.
Hace tanto tiempo que debí derrotarlo, mi compasión me hizo héroe, a él... humillado. Él, de compasión no sabe, se imagina, pero no sabe. Ha regresado a ratos para burlarse, finjo que soy fuerte, pero solo finjo.
Mi lobo estepario lo sabe.
Viene, solo para anunciar que ha de matarme.
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