miércoles, 11 de agosto de 2010

El silencio de la Sierra Norte es apenas roto por el correr de los ríos y cascadas que desde los tiempos inmemoriales de la era mítica, han abastecido de agua la región. Como si se tratara de una cortina que pronto dejará ver el escenario de un teatro, la niebla se levanta con lentitud para revelar las montañas cubiertas de exuberante vegetación. Ahí, en ese sitio, en el que para la simple Gente del Otoño parece existir verdaderamente la magia, se combinan los rituales ancestrales de la danza y la música, con la fe religiosa; el patrimonio arqueológico heredado por culturas milenarias se conjuga con la vida cotidiana y la historia parece detenerse por momentos.

Ahí, enclavada en la serranía, está Cuetzalan que invita a ser descubierta por nuevos ojos. Cuetzalan es un mundo lejos del mundo moderno. Aunque la mayoría de los residentes saben también hablar español, el náhuatl es la lengua de las calles y de los mercados. Cuetzalan es la Tierra de los Quetzales. Es un pueblo de calles pronunciadas y empedradas y de sudar por el ambiente subtropical. Es ver colores y olores del mercado, sus productos agrícolas, el tabaco y café.

No hay comentarios.: