miércoles, 11 de agosto de 2010

Balames

Balames

Los Balames nacieron de los sueños de los nativos más al sur de Cem Anáhuac, compartiendo leyendas y costumbres con los salvajes monarcas Apaxtl. Estas tribus creían en seres espirituales que vivían dentro de todas las cosas fueran animadas o inanimadas. A los Balames se les asignó funciones de los Sacerdotes y fueron importantes espíritus colaboradores que ayudaban a sus compañeros humanos en la comunión con los espíritus mayores y realizaban hazañas sorprendentes.

Los Balames también actuaban como observadores para asegurarse de que nadie en la comunidad rompía alguna prohibición. Para cumplir su papel, los Balames aprendieron mucho conocimiento sobre los espíritus y caminaron por las sendas hacia el Talokan buscando la sabiduría de espíritus más ancianos. Tienen una gran reputación entre los más sabios y más informados de todos lo Nahualmej y tienen una afinidad hacia el Reino de Hada a causa de interesarse tanto por las cosas que no son de este mundo.

La mayoría de los Balames prefieren tomar la forma de animales cuando interactúan con los sacerdotes para que sus verdaderas identidades dentro de la tribu no se vean comprometidas. Más frecuentemente, asumen las formas de lobos, jaguares, águilas, cuervos, zopilotes y serpientes. Siempre son grande y bellísimas versiones de estos magníficos animales para así poder ser reconocido y entrar fácilmente en la casa de un sacerdote o en un lugar de poder.

Raramente asumirán el trabajo de ayudar directamente usando sus poderes feéricos. Algo tímidos y reacios a revelarse a los no iniciados, los Balames prefieren el método indirecto de ayudar a un sacerdote. Se sienten más a gusto en su papel como intermediarios que como personas poderosas independientes. Los Balames creen que son responsables de guiar a los Maseualmej y demás Nahualmej para velar por ellos, para que no ofendan a los viejos espíritus.

Aspecto:
Los Balames son muy parecidos a los miembros normales y corrientes de sus tribus humanas. De cara hermosa y pelo negro, la mayoría siguen la costumbre de usar huipil, convirtiéndolos en unos aficionados al "piercing". Visten ropas como las de su nación indígena. En su forma preferida como consejero de los espíritus, cada Balame toma la forma de un animal importante para el bienestar de la tribu. Los Balames viven en comunidades de unas pocas familias emparentadas. Se consideran los responsables de todos aquéllos que viven en su aldea.

Conetontli: Generalmente tienen algún rasgo menor que los distingue marcándolos como Balames (ojos grises o de color ámbar, orejas puntiagudas o pequeñas marcas de nacimiento que se asemejan a una forma animal particular, como una cabeza de jaguar). Es fácil pasar por alto estas diferencias a menos que alguien esté intentando descubrir deliberadamente a un Balame. Los Conetontli aprenden las técnicas de supervivencia de la tribu y comienzan a saber cómo cambiar de forma.
Telpocatl: Los Telpocatl se parecen a adolescentes normales, excepto en que han comenzado a mostrar signos del cambio que sufren cada vez que aconsejan a los sacerdotes. Cada uno posee algún pequeño rasgo asociado con la forma animal que han escogido para manifestarse y que permanece con él cuando revierte a su apariencia humana. Un zorro Balame, por ejemplo, podría desarrollar una nariz alargada y puntiaguda, o los ojos de un cuervo Balame se volverían más pequeños, con amplias pupilas y negros como abalorios. Aunque el cambio les da una apariencia muy extraña, no es suficiente como para señalarlos como no humanos.
Huehue: Generalmente los Huehue deben abandonar la comunidad o toman residencia en el alojamiento de su sacerdote escogido como un "familiar animal". En su forma más humana, hacen muestra de marcados vestigios animales como orejas peludas, colas, crestas de plumas, picos de ave o bigotes como los de las focas. Ya no es posible para ellos enmascararse como humanos por más tiempo. Muchos Huehue asumen su forma animal y permanecen en ella indefinidamente, cambiando a otras formas sólo cuando necesitan comunicarse.

Afinidad:
Hada.

Privilegios
Lengua Animal: Los Balames son seres capaces de comunicarse con todos los espíritus de la naturaleza. Sin embargo, en el Mundo de Otoño, esta habilidad se ve reducida. El Balame sólo puede conversar con animales, aunque este Privilegio se extiende a todos los animales mundanos sin necesidad de invocar la Fantasía. La clase de criatura a la que se dirijan define las limitaciones en la comunicación. Algunas pueden negarse a hablar con el Nahualmej mientras que otras pueden no ser unos oradores notables. Esta habilidad también le otorga una bonificación de +1 a todas las tiradas de Carisma que tengan que ver con el inanimae elemental y los Nahualmej.
Cambiar de Forma - Los Balames tienen el poder de cambiar sus formas por las de los animales nativos de su región. Aunque es posible para ellos asumir más de una forma animal, en la práctica conlleva mucho tiempo y energía aprender cómo moverse en una forma elegida, y mucho más para dos o tres formas. Un Balame que decide dedicar tal tiempo para hacerlo, podrá así aprender más de una forma animal. Para simular esto, el Balame debe primero aprender las formas mientras es un Conetontli y prescinde de cinco puntos gratuitos durante la creación del personaje para la segunda forma. Cuando se convierte en Telpocatl o Huehue, puede decidir aprender otra forma al coste de 10 puntos de experiencia. Si el personaje comienza a jugar como Telpocatl o Huehue, no puede haber aprendido más de una forma. Los cambios en su cuerpo siguen el patrón de la forma animal que escogió como su primer tipo.

Flaquezas
Ritual: Los Balames, antiguos guías de los Maseualmej y demás Nahualmej, crearon potentes hechizos para incrementar su colección de sueños a través de sacrificios. Conforme pasaron los milenios, esta magia fue cayendo en el olvido, por lo que ahora deben realizar sacrificios para obtener el Tonal necesario. Sin este ritual, todas las tiradas que realicen en el Mundo de Otoño para conseguir Tonal poseen una dificultad de +3.

Esta Flaqueza requiere que un soñador humano ofrezca al Nahualmej un objeto de gran valor. El Balame que recibe la ofrenda ceremonial debe realizar una tirada de Tonal (dificultad 6), Cada éxito anula la penalización de la Flaqueza durante una semana. El Balame puede utilizar cualquier método para persuadir, obligar o intimidar a la persona que realiza el sacrificio, pero no puede hacer que dos sacrificios tengan efecto durante la misma semana. Las ofrendas posteriores eliminan los sacrificios preliminares tanto en efectividad como en duración.

La ofrenda puede ser una posesión querida, un animal o un humano. Si se trata de un objeto, éste debe consagrarse al Balame y destruirse. Los humanos o animales sacrificados pueden destruirse o dedicarse al servicio del Nahualmej. Tanto los animales como los humanos sacrificados no necesitan ser valiosos para el donante.

Cita:
"Posea la voz y palabra de los espíritus, los viejos tatas de otros tiempos hablar a través de mi boca. Los todos los seres tanto animados como inertes tienen algo que decir, siéntate a mis pies y escucha lo que estos tienen que decir."

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