lunes, 16 de octubre de 2006

La conspiración del Templo de Jerusalén

La conspiración del Templo de Jerusalén
Por Bruno Cardeñosa

Extremetistas cristianos y judíos ya trabajan en la reconstrucción del Templo de Jerusalén. Detrás de esta iniciativa, financiada y apoyada por una organización llamada el Instituto del Templo se esconden oscuros intereses políticos, alianzas religiosas y profecías.

¿Qué une a judíos ultraortodoxos y cristianos fundamentalistas? Aparentemente nada… Por eso no deja de ser extraño que uno de los más influyentes rabinos, Chaim Richman, hombre muy vinculado al Primer Ministro israelí Ariel Sharon, haya recorrido el sur de Estados Unidos reuniéndose congregación por congregación con los líderes protestantes más poderosos. Les pedía ayuda -léase fondos- para cumplir un sueño que a ambos ilumina: edificar el Tercer Templo de Jerusalén.

Uno de los más destacados expertos en mesianismo lo ha denunciado: "Existe un acuerdo entre los judíos extremistas y los fanáticos evagelistas para contruir el templo sobre las ruinas de los anteriores, encima del lugar en donde creen que se encuentra el Arca de la Alianza. Y para ello -concluye James Tabor, director del departamento de Estudios Religiosos de la Universidad de Carolina del Norte (EE. UU.)- quieren destruir todas las mezquitas existentes en la explanada de Jerusalén."

¿Los tiempos del Tercer Templo?
Los cristianos más conservadores, aquellos que hacen una lectura textual de las Sagradas Escrituras, creen que con la llegada del Tercer Milenio advienen los tiempos del Armagedón y de la Segunda Venida de Jesús. Algo parecido sostienen quienes se erigen en garantes de la tradición rabínica partiendo de profecías bíblicas como la de Ezequiel, y de textos del rabino por excelencia, Maimónides: la llegada del Mesías (ellos no aceptan a Jesús, salvo como un profeta más) tendrá lugar cuando se edifique el Tercer Templo.

Lo construyó Salomón; Nabuconodosor lo destruyó en el siglo VI a. C. Allí se encontraba el Arca de la Alianza, ese portentoso objeto construido en tiempos de Moisés y que servía como puente entre el Yavé y los hombres. Fue reconstruido, y ya en nuestra era, en el año 72, los romanos volvieron a reducirlo a cenizas.
Con la instauración de Israel como Estado tras la Segunda Guerra Mundial se abrió una nueva etapa. Algunos -los más extremistas entre los ortodoxos- consideraron que no era el momento de planificar la edificación del Tercer Templo, pues Israel era y eso sólo un estado secular. Pero ya en 1989, según TIME, un 18 % de los judíos creían llegado el momento. Siete años después, otro sondeo, efectuado por el Instituto Gallup, señalaba que el 58 % de los israelís lo deseaban. El estudio había sido solicitado por una peculiar organización: El Instituto del Templo.

Liderada por el citado rabino Chaim Richman, esta organización fue fundada a finales de los ochenta. Pretendía aglutinar a todos aquellos que quisieran implicarse en una aventura tanto arquitectónica como arqueológica y política.

Arquitectónica porque en sus filas se ha dado cabida a quienes basándose en las instrucciones expuestas por el profeta Ezequiel han diseñado el nuevo templo, el cual deberá albergar 93 objetos litúrgicos -de oro y plata, fundamentalmente- que tendrán que ser fieles a lo que la profecía indica y a lo que la ley judáica señala. Ya han confeccionado 60: campanas y trompetas de plata enormes, cuchillos para los sacrificios, vestimentas para los sacerdotes, un Menorah de oro…

Arqueológica porque sus miembros han estado buscando bajo las ruinas del antiguo templo la red de túneles y estancias en las cuales se alberga, según la tradición, el Arca de la Alianza. Han anunciado que ya la han localizado. Y política porque las construcción del Tercer Templo, treinta veces más grande que el anter, implica el total dominio israelí sobre la Explanada de las Mezquitas, en donde sin embargo conviven -enfrentados- los cultos religiosos que tienen allí su particular centro del mundo: cristianos, árabes y judíos.

Las profecías se están cumpliendo Con la llegada al poder de Ariel Sharon, a cuyo partido político pertenecen los líderes del Instituto del Templo, el camino hacia el gobierno de la Explanada de las Mezquitas dio un paso fundamental. La Segunda Intifada comenzó a raiz de la visita que efectuó al lugar, durante la que proclamó: "Es la hora del Tercer Templo." Por ello, la intransigencia de Sharon se convierte en ofuscación cuando se menta el reparto del lugar. Ningún líder ortodoxo cederá en este aspecto ni un palmo, pues la ubicación del templo, de acuerdo a Ley, ley religiosa, implica la destrucción de la mezquita Al Aqsa.

El Instituto del Templo ganó una importante batalla a finales del pasado mes de julio cuando tras varios años de intentos, lograron colocar la simbólica primera piedra -enorme piedra en tal caso, pues pesaba casi cinco toneladas- del Tercer Templo. Ahora están convencidos de que hay que echar el resto y al igual que los cristianos fundamentalistas de Estados Unidos están convencidos de que los sucesos del 11 de septiembre son una prueba de que las profecías se están cumpliendo. Más razones arguyen los miembros del Instituto del Templo, quienes emitieron una nota según la cual las primeras palabras de Bin Laden tras el ataque a Afganistan eran una buena muestra de que el conflicto tenía su origen, precisamente, en el conflicto árabe-israelí. Y en un ramalazo sionista urgían la salida de los islámicos del la explanada.

Según el profesor James Tabor, el asunto es más complejo de lo que se puede presuponer. Advierte que no son grupos ailsados y marginales los que han decidido iniciar la construcción del Tercer Templo: "Ya han encontrado el lugar en donde está el Arca de la Alianza, y el nuevo templo tendrá por objeto exhibirla." Además, como experto en profetismo bíblico que es, ha seguido la pista de una premisa sin la cual sería imposible acometer la obra: la aparición de un ternero alazán o rojizo sin mancha alguna. Tal cosa, tan extraña, es considerada por los judíos ortodoxos como fundamental a la hora de culminar su iluminación.

El primer viaje de Richman a Estados Unidos tuvo una parada obligatoria en Canton, Mississipi. Allí tenía por objeto visitar a un granjero y activista envagélico llamado Clyde Lott. La razón es que entre las últimas crías que habían nacido en sus dominios había una, a la que llamó Dikie, que tenía una particularidad más que inquietante: era completamente alanazada… Roja, sin mancha, justo como la profecía del libro neotestamentario Números indica que debe ocurrir. Lott estaba seguro de que la ternera era especial. Y Richman, al verla y al analizarla, no tuvo duda alguna: "Ésta es la indicada, ésta es la madre."

Richman analizó el hecho con otros rabinos y sabios judíos. Coincidieron con él en lo esencial. Las siguientes negociaciones tuvieron como objetivo preservar a Dikie. Pensaron que había intentar llevarla a Israel, para que allí tuviera descendencia. Ese sigue siendo el objetivo, pero el Instituto del Pueblo prefiere ir poco a poco. La llegada de la ternera alazán podría provocar algún que otro enfrentamiento en Tierra Santa, y de momento han habilitado en Nebraska una granja con todos los medios para que Lott, junto a un buen número de granjeros de origen israelí trabajen lejos de cualquier intromisión. Lott ya dispone allí de cientos de cabezas de ganado de este inusitado y hasta ahora desconocido color.

Será el último paso: un ternero alazán, de dos a tres años, deberá ser quemado, y con sus cenizas mezcladas en agua, los primeras rabinos del Tercer Templo podrán comenzar su trabajo. Así se escribe la última conspiración del Templo.

1 comentario:

rbanderas dijo...

La segunda venida de Cristo, será cuando deba ser. Debemos vivir como si supiéramos que es mañana, anhelando su venida, convencidos no sólo de nuestra salvación, si no de que no habrá plenitud comparable al estar en su presencia en la dimensión espiritual. La cual habremos probado ya, a ratos, a trozos, pero que si encajamos en su reino, por haber seguido las reglas de su maravilloso juego, disfrutaremos eternamente a partir de su llegada... segunda llegada... y ultima.