domingo, 22 de agosto de 2004

Si tan solo tú… tú pudieras oírme.

¿Alguna vez has contenido tanto la respiración que comienzas a marearte?


A partir del momento en el que me di cuenta que yo estoy loco por ti, me siento de esta manera, atrapado en mi propia mentira, sin tener hacia donde correr y sin poder gritar.

Poco a poco, siento como las paredes se acercan a mí, me encierran, me mantienen cautivo en un mundo que no es el mió, sino en el que creer para ti.

Te amo, eso es un hecho. Pero mi impotencia por mantenerlo en secreto que abraza por dentro, me corroe hasta el extremo de que duele, físicamente.

Me siento atrapado.

Yo… Hay tantas cosas que quiero decirte.
Si tan solo tú… tú pudieras oírme.

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