sábado, 26 de mayo de 2007

Satanismo en Colombia

Aunque usted no lo crea según me han dicho tanto las autoridades judiciales como los buenos ciudadanos de Colombia, creen que el Satanismo es real y que es un grave problema para el país.
“La secta ácida” (nombre que utilizan los investigadores) es la categoría más común en Colombia. La mayoría de las sectas que hay en Bogotá, Medellín, Armenia, Quindío, Pereira y Villavicencio están bajo esta denominación y se reconocen porque adoran a Satanás (su dios) mediante la ejecución de actos criminales.

Según un estudio la Dijin (Dirección de Policía Judicial), en la búsqueda de más seguidores, las sectas satánicas tratan de enganchar a los jóvenes “que presentan problemas de desintegración familiar, falta de afecto, pobreza, adicción a las drogas, baja autoestima, personalidad no definida, carácter frágil y vulnerable”. En el mismo estudio, la policía estableció que para este “reclutamiento” los lideres les ofrecen la opción de conseguir deseos inmediatos (Sexo, Drogas y Alcohol).

En una investigación de la Procuraduría General de la Nación denominada “Tribus del Diablo – niños y jóvenes satánicos, radiografía de una realidad”, se determinó que “la problemática del satanismo no solamente está incrementándose sino que adicionalmente está íntimamente ligada al reclutamiento de niños y niñas con fines diversos entre los cuales están la trata y la explotación sexual”.

Esto significa que el satanismo está siendo utilizado como señuelo para atraer a adolescentes y jóvenes desesperados para conseguir "personal fresco" para la comisión de delitos e incluso para incorporar a jóvenes niñas ingenuas en la prostitución tanto en Colombia como en el exterior. Es decir: aquí no hay creencias sino una caña para pescar incautos que juran lealtad al demonio, pero solo se convierten en víctimas o victimarios del crimen organizado.