[...] Aprovecha para asolearte, porque traes un color burocrático de miedo. [...]
Muy bien, tienes razón lo haré.
Pero por favor, cuando estés allá has lo mismo.
Para que todos aquellos secretos retiros donde el astro rey, por lo general, no tiene la gallardía de merecer acogida alguna, terminen dorados por sus ígneos esfuerzos. Así, cuando uno se pierde en las ensoñadas exploraciones de tierra lejanas, puede ser capaz de fantasear con libertad en la promesa siempre presente de un sol ya en ese momento, lejano.
Muy bien, tienes razón lo haré.
Pero por favor, cuando estés allá has lo mismo.
Para que todos aquellos secretos retiros donde el astro rey, por lo general, no tiene la gallardía de merecer acogida alguna, terminen dorados por sus ígneos esfuerzos. Así, cuando uno se pierde en las ensoñadas exploraciones de tierra lejanas, puede ser capaz de fantasear con libertad en la promesa siempre presente de un sol ya en ese momento, lejano.
1 comentario:
En sol nunca, amigo, me escondo. La luna, la luna...
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