Tras terminar con toda la faena, recibimos de manos de una de las tias de Memo un plato lleno de frijolitos, chiles en rajas y tortillas hechas a manos no sentimos en el cielo, tanto por la perra hambre que nos carcomia por dentro como por lo exquisito de aquel sencillo platillo. Llega Isreal primo de Memo a invitarlo a comer a su casa. Asi, apuramos los frijoles y saltandonos desde el techo llegamos a casa de la abuela de Isreal.
Una vez ahi, fuimos a por el papá de Israel este estaba en una tiendita a la vuelta de su casa. Se estaba tomando "una cervecita" con un primo suyo que no veia desde hace titipuchal de años, para celebrar esto, no invitaron una cerveza a cada uno de nosotros. Nosotros Carlos, Memo, Isreal y yo, no nos hicimos de la boca chiquita y gustosos aceptamos el caro elixir que nos ofrecian, despues de engullir rapidamente nuestra bebibas el papa de Israel se disculpo y marchamos a su casa.
En esta habia carnitas, preparadas con higados y corazon, ademas hubo sopa, aguacates miniatura, tortillas hechas a mano, pollo en salsa y carne adobada. Obviamente todo esto es descomunales cantidades. El papa de Isreal una y otra vez nos instaba a comer mas, aunque todos los platillos estaban delicioso, llego un momento en que por mas prodigioso y rendidor que se el estomago de uno, este acaba por llenarse y una vez en este punto practicamente tuvimos que suplicar se nos permitiera dejar de comer.
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