miércoles, 3 de mayo de 2006

Soneto IV

A veces cuando el mundo viene,
siento que yo ya no estoy,
por momentos olvido lo que soy,
es ahí cuando la muerte interviene.

Por instante invisible me siento,
me siento aislado, me siento capado,
me hundo sin rumbo, le ruego a mi hado
y tan solo tras sus versos asiento.

Contemplo aquellos que tienen riqueza,
observo a los pobres que no tienen nada,
no se cual de ellos viva mejor, con franqueza.

Tengo ganas de no tener ganas,
ando por al adoquín, arrastrando los pasos,
de otros tiempos, botellas, copas y casos.

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