Cada una de las fibras de mi cuerpo vibran y explotan por el brillante éxtasis hasta el momento contenido.
Cada uno de los poros de mi piel destila la más exótica y concentrada de las pasiones.
Cada uno de mis sentidos, desde sus muy particulares atributos, atisban el infinito en la perpetua búsqueda de aquel pedazo de estrella que me completa.
... y así paso mis días, dedicando mis energías a la búsqueda de aquella, la cual se que esta allá afuera actualmente sola (o acompañada) pero con la desazón en el centro de su ser por aun no haberme encontrado.
Se de cuenta de esto o no, no es importante, que seamos el uno para el otro es todo lo que hay. Esa, es la única realidad, por lo menos la única que importa.
Cada uno de los poros de mi piel destila la más exótica y concentrada de las pasiones.
Cada uno de mis sentidos, desde sus muy particulares atributos, atisban el infinito en la perpetua búsqueda de aquel pedazo de estrella que me completa.
... y así paso mis días, dedicando mis energías a la búsqueda de aquella, la cual se que esta allá afuera actualmente sola (o acompañada) pero con la desazón en el centro de su ser por aun no haberme encontrado.
Se de cuenta de esto o no, no es importante, que seamos el uno para el otro es todo lo que hay. Esa, es la única realidad, por lo menos la única que importa.
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