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Tuve un sueño, uno bastante raro, si se me permite el comentario.
Como nota esclarecedora, apunto que hay un mini-rave en Tlaxcala. Si los dioses son faustos con este hijo de hombre, estaré por esa valiente tierra el día viernes. No esta de mas aclarar que estoy muy, pero muy emocionado por ir. Pues el reencuentro con pasados y muy queridos compañeros de juerga se augura en el mañana.
Pues si, mi sueño…
Comienza con una superposición de dos realidad, la chocante Saga Realidad y Arcadia, el Mundo del Enseño, ejecutados con una maestría soberbia. La realidad consistió en una ristra de diferentes conversaciones que mantuve con Omar, Tats y la Dianagatusa, por cierto sistema de mensajería cordelera muy de boga en la actualidad.
La fantasía en si, fue una amalgama de estos planos, en la cual pareciese que todos nos encontrásemos en la misma habitación, una sala para ser mas precisos. Una sala, en bella casa de un tercero sin relevancia, mas no solo los ya arriba citados estaban presentes, sino también Francinet, gran amigo; Cadena, primo política y actual vecino; Josu, vasco de mierda; Chloé, preciosa damita; Sebastián, ecólogo alemán.
A todos y cada uno por separado se les ofreció el éxtasis, que por pseuda-regla no escrita, este arquetipo de fiestas debe traer consigo, casi podría señalarse como una obligación socio-moral y aunque unos mas remilgosos que otros, todos acabaron aceptando la invitación mía.
Jordán llegó justo en el momento y en el punto de partida, hacia la intrépida aventura, acompañado de la siempre grata Anastacha, unos y otros no regocijamos por este reencuentro, se le celebro y agasajo como se debe por largo rato. Para que después de realizados los pertinentes ritos sociales partiéramos hacia tierras tlaxcaltecas.
Aquí... se corta y se acaba mi sueño.
El desenlace, solo el viejo y caprichoso Cronos podrá contarlo.
(En 29 dias cumplo 22 años)
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