Ohuican Chaneque
Los Ohuican Chaneque han nacido para gobernar. Aunque esto ocasionalmente se les sube a la cabeza. Por lo general, son gobernantes justos y sabios, dándose cuenta por completo del círculo de la vida y de las contribuciones de los plebeyos. Aun así son conocidos por sus arranques impúberes y sus rápidos caprichos.
Los Ohuican Chaneque provienen de una de las líneas reales que una vez produjeron reyes Nahualmej en cada reino de la región de Cem Anáhuac del Antiguo Imperio. El imperio Ohuican Chaneque nunca termino de dominar a los salvajes Apaxtl, y ellos nunca se han unido a la fuerza a aun huey tlatoahni Ohuican Chaneque. En la actualidad todos los Ohuican Chaneque aun reconocen muy gustosamente a un jefe sobre todo el resto, habitualmente el representante.
Cada reino tiene un jefe y por lo general este es un huey tlatoahni Ohuican Chaneque. Actualmente, por ello todos los Ohuican Chaneque, excepto el huey tlatoahni de este reino pueden llegar a ser principes menores, consultores del gran huey tlatoahni. Sin embargo, misteriosamente, cada vez nacen menos Ohuican Chaneque en las nuevas generaciones. La sola presencia de un Ohuican Chaneque inspira una reverencia sobrenatural.
La visión de un Ohuican Chaneque en su auténtica forma captura los corazones de los mortales y la esencia del Talokan. La pasión feérica corre profunda por sus venas - el amor o la venganza nunca se olvidan. Los ideales de los Ohuican Chaneque son siempre los más fieros, y costosos. Tal pasión tiene un precio, no obstante. Hasta los héroes Luminosos preferirían destruirse a sí mismos en un estallido de gloria que desvanecerse.
Sus hermanos menos enérgicos pierden la esperanza y se vuelven autoindulgentes, dejando que sus feudos caigan en la desesperación tan fácilmente como ellos caen en la melancolía. Otros se convierten en tiranos Oscuros, gobernando mediante la crueldad y la intriga. Aunque exóticos en su belleza y perdidos en sus ideales, unos pocos se mueven entre los plebeyos.
No importa el camino que elijan, los Ohuican Chaneque están lejos de los humanos y siempre se elevan por encima de aquellos con los que se asocian. La Banalidad es una maldición letal, y los Ohuican Chaneque sufren más por su causa que ningún otro en la Estirpe. La muerte es un temor aún mayor, pues se cree que los Ohuican Chaneque no renacen como los demás Nahualmej.
Enfrentados a su nefasto destino, se sienten resentidos con los Ohuican Chaneque de Aztlán que los exiliaron del paraíso. Los más optimistas de los Ohuican Chaneque atados a la Tierra realizan en vano búsquedas de Aztlán o se lanzan a orgías de recolección de Tonal para sostenerse. La sola idea de desvanecerse es demasiado insoportable para ellos, y harán cualquier cosa para seguir vivos.
Aspecto:
Los Ohuican Chaneque son gente hermosa. Su complexión es suave y su piel dorada o muy morena. Sus dientes son de un blanco brillante, y sus sonrisas grandes y felices. Su risa es plena y cordial, sin rastro de tristeza. La mayoría de los Ohuican Chaneque de sexo masculino son musculosos y proporcionados como guerreros, mientras que las féminas suelen ser voluptuosas y muy atractivas. Habitualmente llevan capas y penachos de plumas.
Todos los Ohuican Chaneque poseen influencia sobre su gente, incluso si son jefes menores. De ellos se espera que aconsejen al jefe mayor y sigan su ejemplo. Ellos se guardan así mismos de separarse socialmente de los plebeyos, pero es más para reforzar su pureza mágica que por una sensación de desdén.
Conetontli: Son inteligentes y felices. Todo lo que necesitan es ser atendidos, y ellos no quieren nada. Aunque algunos pueden ser temperamentales, es algo raro. En su semblante Feérico, su piel es de un tenue color rojo.
Telpocatl: Son presumidos y competitivos. Acaban de heredar sus responsabilidades y las esperan con ilusión (a diferencia de muchas hadas occidentales), pero ponen a prueba juguetonamente a los de su alrededor, buscando perfeccionar sus propias cualidades de liderazgo. En su semblante Feérico, su piel es de un tenue color verde.
Huehue: Son maduros y regios. De ellos se espera que dirijan bien a su gente, y generalmente se toman esto muy en serio. Pero esta madurez no significa la muerte de los sueños y la magia, para los Ohuican Chaneque encargarse de que la gente nunca conozca una falta de Tonal. Muchos sucumben a una tristeza por los estados de los asuntos de la gente actual, pero una competición de surf dispersa esto. En su semblante Feérico, su piel es de un tenue color azul.
Afinidad:
Hada
Privilegios
Reverencia y Hermosura - Los Ohuican Chaneque reciben dos puntos adicionales en Apariencia durante la creación de personaje, incluso aunque esto aumente su puntuación por encima de 5. No pueden evitar sobresalir entre la multitud. La furia de un Ohuican Chaneque burlado es una visión majestuosa y aterradora. Cuando uno de ellos, se deja llevar por la pasión, todas sus tiradas Sociales (especialmente tiradas de Empatía e Intimidación) tienen un -2 a la dificultad. Cualquiera que intente atacar a un Ohuican Chaneque furioso debe hacer una tirada de Fuerza de Voluntad: la dificultad varía desde 6 (para la media de los Ohuican Chaneque) hasta 8 ó 9 (para uno de una importante posición). Estas habilidades sólo afectan a otros duendes y seres encantados, a menos que el Ohuican Chaneque invoque a la Fantasía
Modelar el Cuerpo: Los Ohuican Chaneque tienen la habilidad de alterar su tamaño y apariencia pudiendo cambiar su estatura desde lo muy pequeño (medio metro o menos) al tamaño normal humano, aumentar o disminuir su Apariencia en un punto o parecer más joven o viejo de su edad actual.
Flaquezas
Cruel: Los Ohuican Chaneque tienen problemas para controlar sus emociones. A veces no pueden contener su ira. Llegan a ser crueles, asesinando a sus rivales antes que capturándolos, a veces de formas excesivas, tales como obligándolos a tirarse a un acantilado para morir en las afiladas rocas bajo ellos.
Cita:
“¿Te aventuras hasta mis tierras, guerreas con mi vasallos y te atreves a hablarme de frente? Estás muy lejos de las tierras que vieron nacer a los de tu raza, tienes extrañas costumbres, pero eso no excusa tu descortesía. Ahora inclínate ante mí, entrégame tu ofrenda y ocupa tu lugar, para entonces dar comienzo a tu audiencia y así poder hablar.”
No hay comentarios.:
Publicar un comentario