El talismán toca en esto al pantaclo , la forma más evolucionada de talismán, verdadera “obra de arte” que ha creado la ciencia talismánica, o pantacular. El árabe que escribe tal o cual fragmento del Corán para protegerse en un viaje, fabrica un talismán, el doctor musulmán que parte del valor numérico de las letras árabes para construir cuadrados mágicos, que los reproduce en sobre sustancias en concordancia astrológica, que los santifica en los días y horas planetarias favorables, realiza un pantaclo.
Interviene en efecto un elemento, perceptible ya en el talismán, que es la astrología o ciencia de las influencias de las fuerzas celestes. El pantaclo se convierte en un “emisor fluídico”, un “cielo radiante”; no se contenta con proteger como el amuleto, él irradia la “cosa santa”. Como el talismán. Pero a la vez que este último actúa per se porque contiene una sustancia sagrada (textos, letras, objetos) o analógicamente favorable, el pantaclo actúa de acuerdo con los poderes del Cosmos. Es esencialmente activo; es un emisor de energía fluídica que va de la simple “Mano de Gloria”, muy utilizada en la Magia Ceremonial de la Edad Media, hasta el Gran Pantaclo Dinamizador, microcosmos lapidario o metálico, verdadero cielo planetario radiante por él mismo de acuerdo con las vibraciones misteriosas del Universo.
El amuleto, y a menudo el talismán, no son más que pantaclos pasivos, ante todo polarizadores fluídicos, acumuladores secundarios, atractivos que actúan según el principio de las similitudes y la analogía, son pantaclos de las “firmas”, las “plegarias materializadas” de las medallas cristianas, las filacterias hebreas.
Un pantaclo(1) tal requiere condiciones materiales de fabricación y también condiciones morales.
Stanislas de Guaita cita (2) Etteila quien escribe sobre los talismanes: “Para que un talismán sea eficaz, es decir, para que conduzca a o proteja de aquello para lo que se ha hecho, es necesario que los deseos del demandante estén en su esfera, y que estos deseos sean legítimos, y que no tengan nada contra la ciencia y la sabiduría. Un talismán es un hueco que recibe las puras influencias de los astros, como el molde recibe la cera que el figurista retira; que estas influencias se vuelven hacia aquel para el que está hecho el talismán”... Esto pertenece más a la teurgia que a la magia operativa, y así se comprende el interés que llevó a los doctores Gnósticos, a los rabinos Cabalistas, a formulas, imágenes, figuras que se convirtieron en verdaderas formulas simbólicas, verdaderas ecuaciones metafísicas.
Si sabemos que el amuleto o fetiche primitivos se encuentran siempre y en cualquier lugar en las sociedades primitivas, el talismán, aunque más especializado, es igualmente universal.
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NOTAS:
(1) Y no pentaclo, como indica el Larousse. Que cree que esta palabra deriva de penta, cinco, en identificación con el pentagrama o estrella de cinco puntas, muy frecuente en los pantaclos. Esta palabra deriva del griego “pan”, todo, y proviene de la idea de un objeto que contiene “todo”, y encierra la Totalidad, síntesis del macrocosmos.
(2) Clé de la Magie Noire.
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