Este viernes, Sofi, mi hermana y yo estábamos jugando Uno cuando comenzó a llegar la banda a la casa, como somos muy buenos anfitriones les dimos cobijo a todos y cada uno. Como siempre sucede que un grupo de universitarios se reúnen para desarrollar cualquier tipo de juego de mesa, la siempre andarina idea de armonizar la velada con una copita llamo a la puerta.
Como sobre varios de nosotros caía la terrible maldición, llamada por expertos en estas artes, “cruda” así como otros que se sentían asqueados del beber Ron, Brandy o Vodka. Algunos de nosotros votamos que tomar calimocho (entiéndase esto como un cóctel compuesto por partes iguales de vino tinto y refresco de cola, que por supuesto en esta casa por default es la Coca-Cola) fue así como cada uno saco sus miserias y una delegación se integro para ir a Gigante a comprar dos botellas de vino tinto Carlos Rossi.
Valverde, Denzel y un servidor integrábamos dicha comisión.
Grande fue nuestra sorpresa al llegar al ya antes mentado supermercado y encontrarnos con que dicho vino estaba agotado (como dato cultural, tampoco había Bacardi Blanco) entonces en nuestro inagotable deseo por consumir sustancia embrutecedoras, vimos lo que nosotros creímos un vino tinto mas grande y barato del que íbamos a comprar.
Muy felices llegamos a la casa y presumimos ante los presentes, nuestra maravillosa y astuta ganga. Cuando Sofi haciendo alarde de buena vista y agilidad mental, vino a aguarnos nuestra celebración, percatándose de que aquello que nosotros habíamos comprado, no era en lo absoluto vino tinto, sino jerez, cito desde la botella:
Como ya habíamos gastado todo nuestro dinero en aquella infame botella, una bolsa con hielos y dos Coca-Colas de dos litros y medio. Decidimos que seria un pecado ante el siempre presente dios Pan y emprendimos la aventura de inferir aquel vicioso líquido. La primera en rendirse fue mi hermana que aunque cuanta con una formidable garganta aquel reto la excedió de ahí Denzel, Valverde que estuvo con diarrea todo el día siguiente, yo. Linda y Sofi siguieron tomando hasta que el resto del mundo tenia el estomago tan revuelto que decidimos que lo mejor era irse a dormir.
Como sobre varios de nosotros caía la terrible maldición, llamada por expertos en estas artes, “cruda” así como otros que se sentían asqueados del beber Ron, Brandy o Vodka. Algunos de nosotros votamos que tomar calimocho (entiéndase esto como un cóctel compuesto por partes iguales de vino tinto y refresco de cola, que por supuesto en esta casa por default es la Coca-Cola) fue así como cada uno saco sus miserias y una delegación se integro para ir a Gigante a comprar dos botellas de vino tinto Carlos Rossi.
Valverde, Denzel y un servidor integrábamos dicha comisión.
Grande fue nuestra sorpresa al llegar al ya antes mentado supermercado y encontrarnos con que dicho vino estaba agotado (como dato cultural, tampoco había Bacardi Blanco) entonces en nuestro inagotable deseo por consumir sustancia embrutecedoras, vimos lo que nosotros creímos un vino tinto mas grande y barato del que íbamos a comprar.
Muy felices llegamos a la casa y presumimos ante los presentes, nuestra maravillosa y astuta ganga. Cuando Sofi haciendo alarde de buena vista y agilidad mental, vino a aguarnos nuestra celebración, percatándose de que aquello que nosotros habíamos comprado, no era en lo absoluto vino tinto, sino jerez, cito desde la botella:
“Vino Generoso.
Tipo Jerez
Tres Coronas
Oro Dulce
18% Alc. Vol.
Cont. Net. 4 L”
Tipo Jerez
Tres Coronas
Oro Dulce
18% Alc. Vol.
Cont. Net. 4 L”
Como ya habíamos gastado todo nuestro dinero en aquella infame botella, una bolsa con hielos y dos Coca-Colas de dos litros y medio. Decidimos que seria un pecado ante el siempre presente dios Pan y emprendimos la aventura de inferir aquel vicioso líquido. La primera en rendirse fue mi hermana que aunque cuanta con una formidable garganta aquel reto la excedió de ahí Denzel, Valverde que estuvo con diarrea todo el día siguiente, yo. Linda y Sofi siguieron tomando hasta que el resto del mundo tenia el estomago tan revuelto que decidimos que lo mejor era irse a dormir.
2 comentarios:
JAJAJAJAJAJA que horror!! lo bueno que son jovenes y los malestares no han de haber durado mas de 21 horas.... jajaja no paro de reir ante su inocencia y codicia...
les recomiendo el "vino para consagrar", tambien es barato y no hace tanto daño como el jerez, que tomandolo despues de un suculento almuerzo y manteniendo una copita como margen, es muy digestivo.
:D :D :D amo mi jerecito, no me lo quiero imaginar con Coca Cola...
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