El Camino del Cielo

- Es tan fácil que las hebras de la Creación tropiecen con zarzas. Poder. Tentación. Ignorancia. Miedo. Envidia. Como harían los espinos, dichos obstáculos rasgan los patrones hasta de los más puros seres. Ningún vástago se encuentra totalmente seguro a poder por siempre escapar a su aguijón. El que crea que sus urdimbres, son inmunes suele ser el siguiente en verlas reducidas a pequeños trozos.

Abrir los ojos al mundo, para descubrir sus bellezas y terrores es el primer paso para embarcarse en el Sendero de la Penitencia, un tortuoso camino que conduce a través de las Brumas del Pecado y la Selva Donde Habita la Bestia, ascendiendo la Montaña de la Iluminación.

A ambos lados tenemos los Pozos del Orgullo, la Desesperación, la Perdición y la Locura. Caer en ellos es perder tu alma. En la cima, una Culminación aguarda al santo vástago, ascendiendo hacia el cielo, trasciende el poder, los deseos y la mortalidad, conduciendo a lo más alto la Entrada a las Puertas del Edén Perdido.

El hombre en su infinita imperfección e incontables errores, tan solo puede sostener entre sus mancilladas manos, pedazos incompletos de lo que es la Verdad. Así como tras el funesto Error de Babel, los hombres se extraviaron en muchos pueblos y las lenguas se volvieron irreconciliables a los oídos de sus otrora hermanos en la carne, el rostro del Creador se disolvió en un prisma de culturas y sociedades.

Cada una de estas alegando que es la única que ha llegado a discernir, comprender y poseer el total de las partes del Rompecabezas Primordial. Pues todos somos Hermanos ante Dios aunque nuestros Senderos puedan llegar a ser diferentes tanto el Camino, como el Culminación o la Iluminación Ultima, es la misma. Cualquier visión, ya sea cristiana, pagana, islámica, judía o de cualquier otra fe, tiene preceptos y filosofías por medio de las cuales el viajero puede dar con su camino.

Al final, independientemente de los consejos que haya recibido o de las pruebas que haya afrontado, cada ser se encontrara frente a la Divinidad y tendrá que dar cuenta de sus actos y obras en el Libro de la Vida y la Muerte. Hasta los paganos y su ralea dan fe de esto. Podrán negar la existencia de Nuestro Padre el Dios Único y Creador del Cosmos, pero tienen nombres propios para la perdición.

En el transcurso de la existencia de un Fiel, realiza un viaje de cuatro etapas mientras asciende la Montaña de la Iluminación:

• Penetración: Nadie esta por encima de la Ley de Dios y Niega al Diablo mediante la negación de la Bestia y de todas las criaturas del Infierno. Éstas son las Horas de la Iluminación, y están marcadas por el Despertar a la Fe Verdadera y por los viajes posteriores del vástago a través de las Brumas del Pecado y la Selva Donde Habita la Bestia.
• Erudición: La palabra de Dios es la ley. El desafiar a Dios es un pecado que lleva a la perdición. Se trata de las Horas del Aprendizaje. El vástago se rinde a la voluntad del Creador aprendiendo sus Artes, modos y costumbres.
• Trance: Nadie esta por encima de la Ley de Dios. Son las Horas del Juicio. Los enemigos y el orgullo se cobran su peaje y la locura ronda la cabeza del mago. Casi todos los vástagos caen durante este período.
• Denuedo: Dios puso su marca sobre Caín y sus chiquillos como parte de su gran plan. Es la Hora de la Soberanía cuando el místico no puede ir más allá, la de la cuando se abre el Destrucción Definitiva cuando se abre el Pozo del Infierno y el Adversario surge para reclamar su premio, o la de la Entrada a las Puertas del Edén Perdido, cuando los Cielos admiten al vástago en compañía de Dios. Al contrario que las otras etapas, la Denuedo es única y definitiva.