Oh… Perverso vouyer
Vamos, dime tu… ¿Quién eres?
Creo tener una buena idea de quien eres en mi cabeza. Creo poder develar las telarañas que cubre tus narices y verte el sonriente rostro. Tu debes de ser cada una de las personas que he tenido un mínimo de relación, de comunicación...
Todas aquellas locas personas, seres de verdad y fantasías con los que he tenido una relación sentimental. Todo en este mundo me afecta, cada uno de aquellos con los que me cruzado una mirada, una frase o una sonrisa me han infectado.
Oh… Perverso vouyer, no, no.
No es aquello que tu estas pensando en este momento, ESO, no. Porque yo, yo soy de hielo, invulnerable a tus malas artes y tu retorcida retórica. Pero le mando un fuerte “jajaja” a tu frente y a tu lógica.
En eso tienes razón.
Si, me creo el puto centro del mundo.
¿… y que?, tu sabes que es verdad.
¡Lo soy! Pero espera, que esto no acaba aquí, pues…
¿… y tu el tuyo no? tu puto centro, así como cada cabeza es un mundo, cada hombre es su centro. El puto centro del mundo.Claro, que si te resistes e intentas que los demás no sean un espejo, un bizarro collage de mariposas muertas, de lo que tu crees ser, a lo mejor el centro se agranda, y tú también. En esta vida no hay reflejos, lo que es, es y lo que no es, pues si… simplemente, no es. Lo que si hay, y por montones, son espejismos.
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