Hoy han regresado viejas costumbres.
El acosador que hay en mi, volvió a nacer,
… o bien puede ser, que nunca haya muerto.
Hay una niña…
Una niña que veo todos los días a las 11:00 a.m. de la mañana en el edificio de idiomas.
A las 11:00 a.m. yo tengo clase en el edificio de cómputo, pero como el maestro se caracteriza por su impuntualidad y su impunidad para con la nuestra, paseo un poco antes de entrar al salón.
Hoy vi a esta niña.
Cruzo la calle.
Se alejaba de la universidad.
No tenía nada mejor que hacer.
Decidí seguirla.
Caminamos dos cuadras.
Ella a cuatro cinco pasos de distancia de mi.
Todo el trayecto, ella me dio la espalda.
Aunque aquella vista es agradable al sentido…
Después de las ya antes mentadas cuadras recorridas, uno se aburre.
Di la vuelta y regrese para mi clase de 11:00 a.m.
Eran 11:17 a.m. cuando entre al salón.
El maestro todavía no había llegado.
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