Mi Curso de Verano debo aclarar.
La libertad que todo recluso añora, la puedo ver marchar, a paso redoblado, por aquella esquina, cada vez más y más lejos de mí.
Pero si hay algo que me aflija y me pueda opacar el corazón, es la mas cierta de las perogrulladas, que me dice una y otra vez.
La culpa que tus ojos, cuales grandes ventanas del alma, con los que otrora contemplaras el brillante celeste del cielo razo o los limpios verdes pastos, las soleadas playas desnudas de humanidad y las bellas mujeres rebosante de juventud.
La falta de todo esto no tiene más que un solo culpable y ese culpable soy TU.
Es por mi y solo por mi, que la dulce libertad me abandona.
Hoy es viernes y el lunes comienza mi verano.
Última oportunidad… ultimátum de las fuerzas aliadas, encomienda que me permite por vez última tener la posibilidad de cursar dos materias (tontas y aburridas, pero necesarias) que llevo un año arrastrando.
La consecuencia de mi fracaso: la expulsión de la universidad. El éxito, en su lugar, solo trae la posibilidad de nuevas materias.
¿Por qué estudio?
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