El amor y no sus motivos, es lo que importa

En el pleno uso de mis facultades mentales y tratando en la medida de lo posible de ser objetivo, estoy conciente que este post puede llegar a hacerme ver ante mi vouyerista publico, como un psicópata sediento de sexo o en el mejor de los casos como un detestable y repugnante machista egolomaniático.

Por esta razón el autor de este blog publica adjunto, esta declaración:

“Este post a sido creado, por y para las desequilibradas divagaciones de un post-adolescente en su desesperada carrera por encontrar el amor verdadero. Puede que no sea el camino, pero la meta a sido trazada.”

Mas como una pregunta retórica a una cuestión por realizar. ¿Qué tan malo seria el que yo, me comprara una novia?

Quiero dejar bien claro, que no me refiero ni remotamente a cualquier tipo de prostitución, la cual considero un empleo humillante y degradante para la mujer aun cuando esta lo hace voluntariamente. Sino, por el contrario al adquirir, por un método no determinado, una chica para que yo la ame y con el tiempo ella a mí.

El punto es…

¿Qué le importa a un vendedor, si el deseo de un individuo desconocido por adquirir sea cual sea su mercancía, ha sido espontáneo o provocado?

Este sujeto de estudio, bien podrías ser artificialmente sugestionado para tomar como propio dicho deseo y por consiguiente actuar en consecuencia.

Dado esto.

¿Cuál seria, realmente, el gran problema de que una chica me quisiera, por amor o por cálculo? Cuando determinada chica, hubiéramos pasado conmigo el tiempo suficiente como para llegar a conocerme, como muy poca gente lo a llegado a hacer, estoy seguro que ella aprendería y llegaría a amarme. Es un hecho que yo haría todo lo que mi poder se encuentre para que ella me ame.

En definitiva, y quiero remarcar mucho este punto pues a partir de él gira todo mi argumentación. El amor y no sus motivos, es lo que importa.