viernes, 18 de febrero de 2005

Paulina

¿Pero como es posible, que tú puedas llegar a pensar que si te dirijo algunas palabras, mi motivo sea otro, que ese curioso cosquilleo que me hace vibrar de ansias por saber que es de ti?

Mi niña por favor…
Tú más que nadie debería de saber que para mí, siempre fuiste y serás PAULINA. Así en mayúsculas, que impactaste mi vida de manera tan profunda en aquellos tiempos de adolescencia que ahora largo trecho recorrido ya, las trazas de tal hecatombe son percibidas a simple vista. La primera y la única.

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